Monday, August 24, 2015

DESARTICULACIÓN de la Identidad Nacional

Hoy regresando de La Paz, Bolivia pude observar cómo una gran cantidad de peruanos en el vuelo de Cusco a Lima hacía caso omiso a las 5 o más advertencias por alto parlantes y directas que por favor apagaran sus celulares. Una chica no dejaba de chatear; un señor más allá solo guardó pero no apagó su celular. Otro señor en particular al que la aeromoza le pidió y explicó tres veces sin éxito que su conversación por celular podría interferir con el control del avión me colmó la paciencia por su falta de cortesía y le dije que ponía en peligro todas nuestras vidas y otras cuatro cosas fuertes.

El Sr. "caso omiso" continuó con sus "hola compadre" dispensando favores y cosas así por celular como si nada más importase que él y solo me decía (amenazantemente) "tranquilo... tranquilo". despegamos y minutos después, en una fila más atrás alguien contestó su teléfono que triste e infuriantemente tampoco había apagado. La vergüenza ajena me invadió. La socialización hiper moderna agitada que toleramos ha descompuesto toda solidaridad hasta el punto de negar la propia auto preservación. Y no fue solo el atorrante sino varios otros compañeros de acento peruano que no parecían advertir el peligro técnico pero real ni la voz de la autoridad, ni el comportamiento adecuado según las normas internacionales.

Esto lo noté en el segmento del vuelo de Cusco a Lima pero no hubieron incidentes así de obvios entre La Paz y el Cusco. Por ello pensé que Bolivia ( a pesar de sus propios conflictos y procesos tampoco fáciles) ha resistido algo mejor el avance de la deshumanización y desarticulación de valores de convivencia como un pueblo mas integrado como nación en base al respeto común.

Y desesperadamente pensé que (por supuesto, no todos) el peruano de hoy (aparentemente en un país más moderno y desarrollado) se está, digamos, "zombificando", esto es algo así como dejando de "ser gente" pero gestándose anómalamente a sí mismo como otra especie particular de "paria planetario", debido a una falta casi total de sensibilidad hacia "el otro" (el prójimo) como co-formador primario de la identidad, más allá de una obtusa (y falsa) conveniencia personal. Es también cierto que la "paridad" característica andina va desapareciendo y con ella mucho de lo bueno y particular de ser peruanos.

Valía igual en la práctica la inmadura e infantil testarudez del egoísta en el avión que que comentario del capitán que lo conduce. ¿Y ya cuantos millones de "adultos-niños" están entre nosotros exigiendo sus gustos pero incapaces de una vida democrática? ...La autoridad percibida como un chiste.

Y en cuanto a "chistes", pienso que el empobrecido "arte" de los mismos en la TV actual, los escándalos enfatizados (con profesionalismo sí) bajo  el 'arte' de informar y los 'realities' como entretenimiento sumados a una tenue promoción de mejores formas de arte-raíz asociadas a nutrir el sentir en valores colectivos tienen mucho que ver en esto.

Es un suicidio colectivo cultural; realmente una desgracia en parte admitida y comentada pero aún invisible; una nube oscura sin agua opacando el Buen Vivir, el buen sentir y ser en ralación, no viendo mi existencia en tu existencia; un borrador del entramado de la reciprocidad admitiéndose como un "pasa piola" sin detección, protesta o respuesta suficiente y efectiva de nuestras autoridades por ser algo aparentemente común, inocuo, técnicamente legal, comercial, difundido, conveniente y entretenido. Silencio, complicidad, medias tintas; ¿un simple y silencioso admitir que "así somos"?

Veo que el proceso de desvinculación personal para con la trama social (hoy más acompañada de mafias y polarizaciones ideológicas extremas como vehículos inadecuados de sentido personal) se está generalizando con suma algidez no solo localmente sino a nivel planetario bajo una posmodernidad relativizante global, decadente, patética y promisoriamente materialista...productora de una infinitud de inconexas "voces" que tosudamente pugnan por establecer su propio espacio de atención y feligresía.

Pero en estos devenires sistémicos, éticos, y conscienciales la ostentosa subcultura peruana parece frecuentemente hacerse notar más sui generis, destacando en esta "cacofonía de los desvinculados"con la ingente producción de llamativos "ciudadanos zombies", entes que divagan por sí y para sí utilizando con obvio desparpajo el sistema 'racional' que (solo estructuralmente) heredaron sin realmente interiorizar los valores de quienes lo hicieron posible camino a la (aún posible) "villa planetaria".

Y así se oculta nuestra terrible confusión colectiva, distorsionando (por la desconexión afectiva-social-valorativa) a nuestra personalidades aisladas hacia un gusto por la auto destrucción (el mal también entretiene, agrada, divierte, y por respuesta emocional inmediata y fácil parece aceptable); desarticulando simultáneamente nuestra existencia social e interior; borrando nuestro espacio de creación con y por el mundo (la "huaca interior", el sacro espacio imaginario que debería responsablemente gestarse, nutrirse y continuamente protegerse). Por ello perdemos la identidad propia a un cuerpo político solidario y funcional y la posibilidad de ser ayllu, comunidad, comunión, fraternidad, nación, sabia cultura y un genuino país llamado "Perú".

Hay que advertir esto y cambiar de rumbo todos.